Los caminos del placer
Se despeja el tiempo donde el corazón se agita cuando vuelven hacia el los impulsos perdidos en la inmensidad de los deseos.
Se cubren con ellos los cuerpos ansiosos de caricias prohibidas que los hagan soñar con cuentos eternos de amores que los hagan viajar.
Se desafían los tópicos que encasillan a los enamorados como entes atontados por el vorágine del amor que los eleva hasta el cielo.
Se hacen cómplices las miradas que derriten las cubiertas que esconden pieles que tiritan por una caricia llena de lujuria que los haga desfallecer.
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