Ese día
El azar cruzó
nuestras miradas
cuando ya nada importaba
sin pensar
te colaste
muy dentro de mi
con esa sonrisa
esos penetrantes
ojos de miel
una boca
que deseaba sentir
para volver a vivir
y ese inesperado momento
existió
haciéndome de mis cenizas
resurgir
al latir de un corazón
que acelerado
bombeaba
felicidad
a mi triste realidad.
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