Lo que la escritura logra

Sin pensarlo en un instante todo cambia, dudas vuelven inseguridades crecen miedos ahogan, seguramente no es nada pero para mí ya es todo, aprender a gestionar lo que no puedo cambiar para no llorar.   

Detén mi caída con un beso de amor que me haga sentir en el mismo cielo cuando tus ojos se clavan en mi piel y tus brazos me sostienen, cuando susurras en mi oído secretos que tus labios  me desvelan, siente mi amor mis ansias mi felicidad.   

Esperando ese momento donde nuestros ojos se encuentren otra vez que se griten lo que la piel ha extrañado deseando dar rienda suelta a las emociones  que se conjugan cuando tus labios y mis caricias se mezclan.  

Entre sueños y realidad el corazón  late desesperado cuando percibe el aroma  de esa alma que lo enloquece, la misma que lo motiva a seguir adelante aunque falten las fuerzas la que limpia tus ojos cuando de ellos brotan tristezas y decepción la que grita en el silencio que te quiere y siempre estará ahí.  

 Acurrucada en tu pecho con el vaivén de tu respiración susurrándote que te quiero mientras tus brazos me rodean brindándome calma y felicidad y un beso depositas en mi frente todo deja de existir solo somos los dos  en ese mundo que creamos.   Tu sonrisa música para mi alma miradas que enloquecen silencios que saben a amor cuando habla el corazón.   

Creía que se había detenido esa rueda que giraba sin parar, solo quería de nuevo coger impulso para volver a rodar, a veces cuesta a abajo otras en sentido contrario haciendo de las emociones marionetas en su vaivén, despidiendo algunas despertando otras ... reteniendo lo importante.  

Entre los sueños rompes el silencio ese sonido como una caricia que se desliza por mis sentidos alegrando el alma dándome certezas que existes que eres real  que eres mío.    

A veces en la soledad encuentras esas respuestas que frente a tus ojos tenías pero a ciegas vivías, eso que mil veces te preguntaste sin lograr comprender porqué sucedía, al final descubres que nada era real que un mundo paralelo existía.  

Nada puede detener  lo que impulsa  un acto de amor, los miedos desaparecen  la respiración se acelera el corazón se desborda, no importa si se pierde en el intento de lograr robar una sonrisa, sólo importa ese sentimiento que te vuelve grande.  

Sentimiento que incita seguir adelante sin dar importancia a las nubes grises que rondan el camino por donde deambulan los pasos en silencio rememorando momentos llenos de felicidad, imprevisible e incierto pero que dan a la existencia esa razón para continuar.   

Vagando por el mundo de lo imposible y lo real la desesperación la hacía presa de lo que puede controlar pero no se decide a avanzar. Creía que la existencia se resumía en dejarse llevar deslizándose en los sueños donde por arte de magia todo lo que deseara se hiciera realidad.   Ingenua ... liebrecilla.   

Si, la dejaste en la oscuridad perdida en una burbuja  de donde no podría salir hundida en la miseria de no querer seguir viva. Ahogando su llanto para no recibir "las caricias" dadas por amor ya que las apariencias "eran lo mejor". Azotando todo  como un vendaval destruyendo lo poco que podía tener: "silencio".   Luego renacía ese sol que calor brindaba ¿pero cuánto duraría? no mucho, seguramente no importaba ahora,  solo importaba disfrutar esa paz.  

Y ese milagro llegó, sin yo saberlo que lo esperaba, una luz invadió toda la oscuridad que mi aura tenía vestido en una sonrisa a mi corazón penetró para desnudar mis miedos y liberarme de ellos, recuerdos que acuden ami en esas horas bajas donde suelo sollozar la calma recupero mi fuerza crece y la esperanza me mantiene.  

Y ligera corrió hacia ese horizonte que resplandeciente esperaba por ella para arrullarla  como si de un bebé se tratase, dejándole claro que todo es palpable cuando en el corazón late.  

Se detiene el mundo cuando los labios se juntan creando en un instante maremotos de amor a la espera  de que esos segundos eternos se vuelvan para no decir ¡adiós! ya que el alma se quiebra al alejarse ese calor que transmite pasión.  

Y la rueda gira y gira al contrario que el mundo esperando encontrar una explicación lógica al sin sentido de la existencia que al igual que el azar se ríe a las espaldas cuando intentas luchar.   ¿Si todo es tan sencillo? por qué se ha de complicar con ambiguos argumentos que te hacen exaltar pero no se puede luchar y hay que lograr una estabilidad  para no llorar.  

 Mi mente vuela la música me envuelve me incita a escribir todo aquello  que escondo, esa nostalgia que embarga los miedos que crecen la agonía de perder dejar de existir en mi realidad, no quiero dejar de luchar por lo que deseo alcanzar pero a veces las nubes invaden mi mundo hasta asfixiar.    

Rayos de sol que se esconden tras las cortinas como escapando al escrutinio de una mirada que triste se refleja en la ventana, es tan grande la pena que arde mucho más  convirtiendo esos rayos en un tímido sofoco, nada tiene explicación sólo el vacío se siente en un pecho abandonado de ese latir que era su motor.   

El azar cruzó nuestras miradas cuando ya nada importaba sin pensar te colaste  muy dentro de mi con esa sonrisa esos penetrantes ojos de miel una boca que deseaba sentir para volver a vivir y ese inesperado momento existió  haciéndome de mis cenizas resurgir al latir de un corazón que acelerado bombeaba  felicidad a mi triste realidad.    

En el silencio de la tarde que perturba mi mente viajo a esos momentos donde una mirada es suficiente para que los besos sellen una promesa no hecha pero palpable en cada poro de nuestra piel. Nada importa sólo lo que sentimos donde damos la verdad un sentimiento existente ... real que nos embriaga  de felicidad y tranquilidad a pesar, aún de la distancia.