Fragmento de ...
Milán Kundera:
"... Sintió en su boca el suave olor de la fiebre y lo aspiró como si quisiera llenarse de las intimidades de su cuerpo. Y en ese momento se imaginó que ya llevaba muchos años en su casa y que se estaba muriendo. De pronto tuvo la clara sensación que no podría sobrevivir a la muerte de ella. Se acostaría a su lado y querría morir con ella. Conmovido por esa imagen hundió en ese momento la cara en la almohada junto a la cabeza de ella y permaneció así durante mucho tiempo..."
La insoportable levedad del ser
Nada tan dulce, como expirar a su lado
ResponderEliminarUn libro lleno de giros e insertidumbres
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