Lo que la escritura logra

Amé tu mirada desde la primera vez. Amé tu sonrisa desde que te conocí. Amé tus caricias cuando aún no las tenía. Amé tu calor sin pensar que lo tendría. Amé cada parte de ti aún sabiendo los obstáculos. Amé cada segundo compartido a tu lado, olvidando el mundo. Ahora, sigo amando todo tu ser, que me devolvió a la vida.  

 Y si cierro los ojos ¿podría llegar a ti? acurrucarme entre tu pecho sentir tu calor y dormir al ritmo de tu corazón, mientras te susurro que te amo con locura en la distancia en silencio y a los cuatro vientos, que estoy aquí para ti para curar con una caricia el mal día que puedas tener, el cansancio que te embarga o los altibajos que se presenten, recordarte que esta loca te ama con locura.  

Quiero recorrer tu alma sutilmente saborearte de a poquito embriagándome con tu aroma, desear perderme en cada poro de tu piel que seduce mis sentidos hasta caer extasiada a los pies junto a nuestras ropas.  

Soñando con tus caricias mis días fríos se convierten en ardientes recuerdos que siguen haciendo vibrar mi alma y mi ser como la primera vez.   No existe distancia si nuestros corazones siguen el mismo latir con la esperanza de volvernos a sentir con la misma intensidad de nuestros recuerdos.      

Cerré los ojos tus labios se posaron en los míos que ansiosos se dejaron llevar por las sensaciones que producen en mí. Rocé  tu piel como dibujando cada parte de ti para guardarla con celo en mi mente para cuando despierte de mi sueño.  

 Se cruzaron nuestras miradas acelerando los corazones una sonrisa después se desató un Tsunami de emociones encontradas. Un roce de nuestros dedos prendió la chispa creando un torrente de lava arrasando la razón dando paso a la pasión.  

Retraída en la ventana nostálgica sonreía en su mente recuerdos que intensos aún estremecían todas las fibras de su alma.   Un largo camino recorrió mucho aprendió en su trayecto, pero lo importante nunca olvidó, sonreír a pesar del dolor.  

Y si al caer la noche cuando el viento azota  contra la ventana, trae consigo el dulce aroma de tu piel el susurro de tu voz el calor de tu alma. Y si se apiada de mí para calentar mis noches trayendo tu cuerpo  como imán al mío desatando el volcán en erupción que duerme si no estás.  

 Entre el susurro del viento se cuelan en mis sentidos tu aroma, tu voz, tu mirada haciendo de las noches frías el más cálido recuerdo que me hace vibrar  con toda la intensidad que un corazón enamorado pueda sentir. 

Se detuvo el tiempo comenzó a disfrutar sin pensar en nada más, risas en el ambiente recuerdos que perduran en el alma y el corazón.   Ahora solo queda recorrer con pasos firmes los siguientes días, sencillamente ser muy feliz.   

Cuando con la conciencia tranquila y en paz descansas los despertares son reconfortantes preparándote para el nuevo día empieza con toda la ilusión vertida en saludos y recuerdos donde te hacen sentir querida.   Cambian las etapas pero no por ello es malo.   A por los próximos  cincuenta, que darán  para mucho más.  

Abres tus alas cubres mi alma con ese cálido amor que impregna mis poros logrando que las mariposas despierten en mi interior y latan por ti ... amor.   Nada es fácil, pero con ahínco todo se supera, por ello seguimos en el mismo sentido donde nuestros corazones se complementan.

Mientras el mundo sigue ajeno a nuestra existencia creamos en secreto un capítulo nuevo en nuestra historia de amor que sobrevive a pesar de los temporales que la puedan azotar; despacio, a veces estancados, otras un paso atrás, pero seguimos con el impulso "de siempre estar" al unísono  del latir  del corazón.  

Acudes con caricias ardientes que calcinan mis deseos cuando te posas en mí, me envuelves en narcóticas  fantasías donde mi cuerpo, alma y ser te pertenecen sin reparos, aunque sea  solo besos que cubran mis miedos suficiente es  para mi alma en sentirte tan parte de mí, para una eternidad.  

 Entre susurros escucho tu latir, dime corazón que guardas tan dentro de ti que compartes conmigo; grita en silencio los deseos que nos consumen cuando nuestras manos no pueden sentirse y el recuerdo vibra con tal intensidad  en la piel.  

 Rocío que cubre las alas de mis sueños, esos mismos que elevan mis emociones, dándome la oportunidad de creer en todo aquello que parece irreal.   Y mientras nuestro latir siga siendo juntos siempre existirá una nueva forma de amar.   Para dejar en la pie esas gotitas de pasión que servirán de dulces recuerdos de amor.  

 Dulce amor que posaste tu sonrisa  en mi rostro,  despidiendo mis miedos y regalándome noches llenas de pasión,  que me hacen vibrar una y otra vez,  cobijada entre tus labios y caricias, creando fantasías nuevas en el lienzo de mi piel que espera tu delicado pincel.  

 Y el silencio quería adormilar sus sentidos,  pero el latir de un corazón enamorado no se detiene,  aunque un gélido aire arrulle sus noches y días,  siempre luchará por sentir todo aquello,  que está escrito en su piel y vive muy dentro de sí.  

Y supo ser feliz con los segundos que la vida le regaló, disfrutándolos al máximo, como si no tuviesen un fin. Dio todo lo que tenía, dijo todo lo que debía, sintió todo lo que podía, así fue feliz con poco. Ahora que fluye sin rumbo por un camino inexplorado, agradece cada rayo de sol que calienta su sonrisa y anima el corazón. Entendió por fin, que aunque a veces parace un recorrido oscuro, entre los resquicios de sus miedos, habrá esa luz que dé esperanza.   

 Y reaparece como un rayo de luz, dándo vida de nuevo a esos días que sin interés se desvanecían, uno tras otro. Prometió que el tiempo borraría todo aquello que en algún momento, causara dudas o miedos. Selló con besos y caricias ese pacto de amor que solo floreció, lo guardó junto a su corazón para tenerlo presente siempre. Solo queda esperar, saber cuanto durará esta vez, esa ilusión que ronda otra vez esos días ahora, de color y esperanza.  

El insomnio ronda pensamientos dispersos intentando buscar lo que no se entiende. Se rehusa abandonar necesita comprender lo que no puede ver pero si sentir. Engañarlo a veces pero reaparece incesante en un ciclo que parece no acabar. Aunque sabe que no ayuda continuar contando  segundos eternos de silencios sin piedad.  

Cariño que crece en la inmesidad del calor de caricias dadas con amor. Transportándonos a ese mundo que paralelo se hace realidad.   No importa el tiempo que se hagan esperar siempre resultan ser el detalle que hace soñar. Latiendo el corazón palpitando tu nombre en cada vena que recorre mi ser.  

Otro año cerró su ciclo, haciéndome pensar en la historia que dejó, para comprender que nadie entenderá. Quizá sea yo la que navega ilusa por un mar que desconozco con anhelo y vehemencia, y después toque llorar.   Dudas existen, temores me abruman, incertidumbre me embriaga, pero me dejo llevar por lo que mi corazón decida. No lo sé, el destino y el tiempo, son los que decidirán, si ellos tienen la razón y yo una vez más me equivoqué. En sus manos dejo todo lo que guardo en mi ser, si pierdo en el intento, instantes felices guardaré.