Dejar atrás
Eran una pareja "diferente", pues su relación rompía los canones, de sus anteriores y la del mundo, lo que para otros estaba mal, ello lo disfrutaban como niños.
Sus pequeñas coincidencias , les robaban sonrisas y sus diferencias les hacán más interesantes.
Llevaban un tiempo juntos, ella nunca lo decía en voz alta "por temor a que se perdiera la magia", es más nunca la palabra "novio", mientras que él si se atrevía utilizarla más espontáneamente. Eso en ella provocaba, que su corazón se contrajera, produciéndolo una inmensa dicha.
Vino por la mañana a tomar café, aprovechando para liberarse un poco de las cosas del trabajo, sacando todo eso que le frustraba, ya casi al final, le preguntó:
- ¿Qué pensarías si te digo que vivamos juntos?
- ¡Estás loco! hay muchas cosas que tendrían que pasar antes.
- ¡Piénsatelo! dijo levántandose para irse.
Caminaron entre besos hacia la puerta, otros tantos más, antes de despedirse.
Cuando él bajaba las escaleras, tirándole besos, le dijo piénsalo, esta tarde vengo a tomar café y lo hablamos tranquilamente.
Ella sonrió , enviándolo otros besos más y cerró la puerta.
El día transcurrió sin muchos sobresaltos.
Las horas se iban agotando, no había noticias de él.
Cuando el reloj dió las 00:00 se metió a la cama, le costó un poco conciliar el sueño, pero rendida al final, cayó.
Intentos con mensajes y llamadas, nada era respondido, su ansiedad iba en aumento, imaginaba toda clase de motivos, unos tan descabellados otros con lógica, pero todo era circunstancial e imaginitivo, nada real.
Pasarón los días, semanas, meses, solo el silencio era su respuesta o alguna respuesta vaga, sin sentido casi.
Entró en un círculo de odio amor, de entender, perdonar, para luego volver a la incertidumbre, deseando que todo tuviera una explicación razonable, para que las interminables horas de llanto, tristeza, enojo, melancolía, terminaran.
No hubo suerte, por más plegarias y deseos, todo era en vano.
Hubo un mensaje que hizo la diferencia:
- ¿Qué he hecho para que ya no me quieras? para que me dejes en un rincón olvidada, como un juguete roto, que ya no quieres.
- Nada, tú nada ... es el agobio del trabajo.
No hubo más.
Leyó y releyó ese mensaje...
Esa venda que no le dejaba ver más allá de esa historia forjada con paciencia, dedicación y sobre todo mucho amor, parecía que ya no tenía sentido.
"Si lo que pasó antes, no tuve la culpa, si vuelvo atrás deseando tenerlo de nuevo a mi lado, eso si es culpa mía, se llamará masoquismo, por que ahora , si sé lo que me espera".
Cerraré este círculo, le deseo que encuentre ese equilibrio que le permita tener tiempo para él y sea feliz, mientras yo parto de cero en busca de mi felicidad.
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