En penumbras,
sentada... agazapada
iluminada por ese interior
que reposa tiernamente.
Descubro una sonrisa
que se intuye en ese rostro de paz,
por donde pasa ...
hasta mi cordura.
No se inmuta,
solo descansa
con una conciencia
que parece tranquila.
Me pierdo en su inmensidad,
tratando de entender
cada gesto de su calma
... de su amor.
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