En tus manos
Cuida de su alma
esa que vive
atada a tu mirada
donde encuentra la paz.
Desata con caricias
todo aquello
que por años guardó
en su corazón.
Equilibra sus miedos
hacia lo desconocido
de un recorrido
que ya no es solitario.
Bríndale esa ilusión
en cada amanecer
junto a tu alma
haciéndolos eternos.
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